La
neuroeducación nos permite a través del conocimiento de los procesos cerebrales
para la enseñanza y aprendizaje llegar al descubrimiento de metodologías y
programas más eficaces para nuestros alumnos y que ayuden a reconducir
disfunciones en el aprendizaje.
El aprendizaje
es gracias a la plasticidad neuronal que permite la reconfiguración neuronal de
nuestro cerebro. Al ser la plasticidad cerebral una capacidad que perdura a lo
largo de nuestra vida, entendemos que el aprendizaje también es posible en este
periodo de tiempo. No obstante, encontramos unos “periodos sensibles”; es
decir, existen etapas en las cuales tenemos más predisposición a aprender una
serie de cosas.
Sin embargo,
existe una enorme diferencia entre los conocimientos científicos y la
posibilidad de implantarlos de alguna manera en el sistema escolar. De esto
último solo tiene conocimiento aquel profesor que este contacto continuo con sus
alumnos, por este motivo es necesario un mediador entre la neurociencia y la
educación. A esta figura la llamamos el “Neuroeducador”.
Esta persona
necesita de un aprendizaje constante por parte de la Neurociencia y a la vez
unos conocimientos que permita valorar y poder considerar mejoras para la programación
escolar. Como hemos dicho anteriormente existen unos periodos críticos a los
cuales llamados periodos sensibles, en los que tenemos una mayor plasticidad lo
que mejora la sensibilidad, las facultades perceptivas, el desarrollo emocional,
la capacidad del lenguaje, el pensamiento complejo, la psicomotricidad… En
neuroeducador debe conocer todos estos periodos y usarlas para una mayor
enseñanza.
Además,
gracias a la neurociencia se ha descubierto que existen atenciones diferentes
con procesos cerebrales diferentes y, según la edad, el clima, la hora del día
o las circunstancias que rodea a la persona, necesitará un tiempo determinado. Existen
3 intervalos de tiempo eficientes en 1 hora:
- 1 cuarto de hora
- La media hora siguiente
- El último cuarto de hora para la conclusión de la clase.
Puesto que nuestro objetivo es un aprendizaje individualizado, se estudia la manera de personalizar cada proceso de e-a de tal forma que despierte el interés del alumnado, aumente su desarrollo creativo, ejecutivo y emocional.
Nuestro
cerebro se compone de dos hemisferios: el derecho y el izquierdo.
- El derecho es
integrador; es decir, regula las operaciones sin necesidad de una atención
plena, simplemente e necesario una atención dispersa e inconsciente, que ofrece
ideas creativas a través de un pensamiento innovador.
- El hemisferio
izquierdo es analítico, ejecutivo y consciente por lo que requiere de un mayor
nivel de atención y de estar focalizada en el proceso de aprendizaje.
La
cooperación entre ambos hemisferios aumenta el rendimiento, lo que conlleva un
activo proceso de la memoria y el aprendizaje durante un periodo más largo de
tiempo, mayor productividad.
Por otra
parte, la parte emocional tiene un papel muy importante ya que, al estar la amígdala
conectada a cerebro, la mate puede quedar bloqueada ante pensamiento negativos
disminuyendo la atención, la capacidad de memoria y motivación personal.
Si nos
quedamos bloqueados por nuestros propios pensamientos negativos debemos anteponerlo
con positivismo para liberar este bloqueo emocional y podamos volver a tomar el
control de nuestras funciones ejecutivas. Para ello debemos centrarnos en
pequeñas metas cuya realización motive al alumno y le dé énfasis y felicidad, puesto
que un niño feliz tiende a tomar decisiones para la mejora de su salud
psíquica: cognitiva y emocional.
Por todo lo
anteriormente expuesto entendemos que un entorno protector, estable y estimulante
predispone al cerebro a una enseñanza efectiva.
En cuento a la "Neuroeducación", a pesar de que en la actualidad todavía no se ha descubierto estos procesos cognitivos que se producen en nuestro aprendizaje, gracias a las tecnologías que, cada vez más están mejorando e innovando, esperemos que pare dentro de relativamente pocos años podamos llegar a ello. Esto supondría un antes y un después en la educación debido a que si conocemos cómo funciona nuestro cerebro en nuestro proceso de e-a, sabremos qué metodologías son las más eficaces y precisas para conseguir nuestro objetivo final.
No obstante, hasta llegar a este punto nos queda un largo camino recorrer tanto por parte de los científicos como por parte de los docentes ya que traspasarlo al aula no será tarea fácil. Aún así confío en un futuro e el cual la Neroeducación se encuentre en cada unos de nuestros centros.
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